Mi
Compañero de Estudio
Mariano y yo hace dos años que nos conocemos. Somos compañeros de
estudios. Tenemos un ritmo bastante bueno y nos ayudamos siempre. Cuando uno no
entiende algo el otro se lo explica y viceversa.
Además en estos dos años nos hicimos bastante amigos, como él es del
interior y cuando llegó no conocía a nadie, lo integré a mi grupo de amistades
sin ningún problema. A las chicas del grupo les gusta mucho, no es para menos.
Mide 1,80, ojos verdes piel aceitunada, pelo oscuro y una sonrisa provocadora
que todas quedan fascinadas con ella. Mi madre lo adora, porque dice que es un
chico sano y sin maldad. Y muchas veces incluso se quedó a dormir en casa
cuando teníamos que terminar de estudiar alguna materia, porque había un final
próximo.
Los fines de semana nos vamos a bailar juntos, al ser tan abierto y
simpático, tiene chicas de donde elegir. Siempre consigue alguna, es más, a
veces sé que se llevó una chica al departamento, pero nunca se mete en serio.
Tiene una novia en su pueblo y dice que no la podría dañar por nada del mundo.
Así que por esa causa no quiere engancharse con nadie.
Yo por mi parte hace dos años que me peleé con mi última novia y no
quiero saber nada, porque tener una relación estable, no me ayuda demasiado en
los estudios, así que de una forma u otra, me las rebusco como puedo y no tengo
menos suerte que mi amigo. Mido 1,78, tengo ojos azules, me considero agradable
y simpático y tengo buena conversación. Así que no me puedo quejar. En más de
una oportunidad, hemos compartido en su departamento, obviamente en
habitaciones separadas, noches de sumo placer...
La semana pasada, pasó algo que ni yo me puedo llegar a explicar como
sucedió. Voy a relatar los hechos según fueron sucediendo. Quizás para mí,
pueda esclarecerme un poco el panorama.
Como estamos en época de finales, estamos todo el día juntos, estudiando
como locos, porque queremos pasar las vacaciones libres de preocupaciones.
Era sábado a la noche y aunque quisiéramos salir, no podíamos dejar
colgados varios temas, que seguramente nos preguntarían, así que decidimos
quedarnos en su departamento a estudiar.
Habíamos encargado pizza y cerveza que nunca le falta. Así que a eso de
las 12:30 hs., decidimos tomarnos un alto para comer y descansar nuestras
pobres neuronas desquiciadas. Comimos, miramos un poco el canal de deportes y
entre cerveza y cerveza nos íbamos entonando un poco. Como hacía muchísimo
calor (30 g), venía bien tomar algo fresco, pero con la birra más el calor, estábamos
totalmente transpirados. Decidimos ducharnos para refrescarnos y así continuar
con el estudio.
Mariano se levantó de su silla decidido a llegar al baño, pero estaba
tan mareado que casi más se cae. Yo me levanté (siempre tuve mayor aguante que
él) y lo acompañé para que no se hiciera daño.
- Yo no estoy borracho! - me dijo tambaleándose - solamente estoy
mareado por el calor! - - Ya lo sé - para seguirle la corriente - quedate
tranqui.
Lo senté en el inodoro y abrí la ducha al máximo para que se despabilara
lo más rápido posible.
- Vamos sacate el short y metete! - le ordené.
Se levantó como pudo, trató de abrirse el botón de su jean gastado que
tenía las piernas cortadas, pero no pudo. Así que yo traté de ayudarlo. Mariano
se dejaba hacer, estaba empinadísimo. Le abrí el botón, le bajé el cierre y
bueno, yo lo había visto antes en varias oportunidades, pero esta vez lo tenía
a pocos centímetros de mi cara. Tiene una linda verga, que en su esplendor
llegará a los 25 o 27 cm. es bastante gruesa y hasta me pareció que estaba
bastante empalmado. Corrí la cortina y lo metí en la bañera. El chorro de agua
fría lo hizo reaccionar y se quiso apartar, pero yo lo tenía amarrado y no pudo
zafarse. Al tenerlo sujetado a él, yo también me estaba mojando, así que decidí
desnudarme también porque no tenía cambio de ropa.
Comienza a tener arcadas. Me meto en la ducha, me hace bien, me despeja
un poco. Lo ayudo a agacharse. Vomitó todo. Está pálido. Cambio el agua fría
por tibia. Se empieza a recuperar. Me mira y dice:
- Estoy descompuesto - Cómo si yo no lo supiera!
Como veo que está mejor, salgo de la ducha y me seco. La cierro. Lo
ayudo a levantarse. Lo seco lo mejor posible, secando obviamente el culo y los
huevos, pero creo que lo sequé como al resto del cuerpo. Me musitó un simple
"gracias", dejé la toalla a un costado y como todavía estaba bastante
mareado, lo llevé hasta la habitación para que se recostara un rato.
- Quedate conmigo - me dijo cuando lo deposité sobre su cama de dos
plazas.
- Está bien, me quedo.
Me recosté a su lado. Estaba apagada la luz, pero por el reflejo que
venía del comedor vi que estaba mejor. Se acercó hacia mí dándose vuelta y me
abrazó... Cuando apoyó su herramienta dura contra mi costado, ahí me percaté de
que ambos estábamos desnudos... Me quise levantar. No era porque me disgustara
especialmente lo que me sucedía, sinó porque me estaba entusiasmando. Me
asusté. Cuando empiezo a levantarme Mariano me apoya con mayor fuerza:
- No te vayas, tengo miedo de descomponerme de nuevo y que no estés. A
tu lado me siento bien.
- Es que me quiero ir a vestir. Estamos los dos desnudos!
- Ya lo sé, no estoy tan borracho para no saberlo...
En ese momento siento que me comienza a besar el cuello. Me quedé
petrificado. No supe que hacer, la sensación me gustaba. Aunque no quería, mi
verga comenzó a endurecerse (ahora me doy cuenta que los que dicen que el
miembro tiene conciencia propia, es cierto, me estaba pasando). Mariano me
empezó a acariciar el pecho, comenzó a jugar con mis pelos. Bajó la mano y
llegó hasta el ombligo, me metió un dedo y se comenzó reír como un tonto.
Siguió bajando, no sabía si apartarle la mano o no. Me agarró la verga y empezó
a masturbarme... Mierda! Me estaba gustando cada vez más! Pienso que yo también
estaba medio borracho, además hacía como dos semanas que no descargaba mis
huevos... Debe ser eso!
Mariano de un solo movimiento se subió arriba mío e intentó besarme en
los labios. Corrí la cabeza, no quería. Con sus manos me la agarró y me obligó.
Con su lengua quería abrir mis labios. Me mordisqueó suavemente. Seguí sin
dejarlo. Me volvió a morder pero con más fuerza hasta hacerme daño. Abrí mi
boca y lo dejé. Metió su lengua y empezó a jugar con la mía que estaba quieta.
La empecé a mover tímidamente y entré en el juego. Estaba muy borracho, no
sabía lo que hacía!
Me dejó de besar y continuó con el cuello, mientras me magreaba todo el
cuerpo. Con mis dos manos le agarré las nalgas, siempre se las había mirado.
Duras como rocas. Se las empecé a estrujar entre mis dedos como si fueran las
de una mujer, salvo que éstas eran más firmes, mejores al tacto.
Mientras tanto me empezó a besar las tetillas, a mordérmelas. Siguió
mojándome todo y llegó hasta mi vientre. Ahí se paró. Tomó mi instrumento entre
sus manos, lo miró. Mi miembro mide en estado de excitación 15 cm. y es
bastante grueso. Me agarró las bolas, las olió. Lamió una y como parece que le
gustó se la metió en la boca, le pasaba la lengua por todos lados, la masticaba
despacio. Cuando terminó con una, siguió con la otra. Yo ya no daba más de
excitación. Largó mis huevos y metió mi glande en su boca. Lo empezó a chupar
con ganas. Yo ya no pude más y agarré su cabeza con mis manos y traté de que se
la tragara totalmente. Como vi que hacía arcadas, porque no se la podía meter
toda, aliviané mi presión. Igualmente él siguió con lo suyo y yo lo dirigía.
Mientras con una mano me sobaba las bolas, con la otra se masturbaba. Llegó el
momento en que no pude más y para no inundarle la boca con mi esperma, lo
separé y comencé a masturbarme frenéticamente. Mariano hizo lo mismo. A los
pocos segundos acabé como nunca en la vida. Un chorro me llegó a la mejilla,
otros en el pecho y el vientre. Mariano estaba llegando, le agarré las bolas
con una mano y apreté bien fuerte. Densos chorros de semen cayeron sobre mi
cuerpo. Cuando acabó, acercó su lengua y empezó a chupar toda la crema que
estaba en mi vientre, pecho, cara...
Me dio un beso y abrí la boca. Por primera vez probaba esperma. No me
dio asco como suponía que me daría. Además no sabía si era el mío, el de él, o
los dos mezclados. Estuvimos un rato así abrazados, hasta quedarnos dormidos...
Al otro día cuando nos despertamos, teníamos un dolor de cabeza
increíble. Como Mariano vió que los dos estábamos en pelotas, me preguntó que
había sucedido. Sólo recordaba que lo había acompañado hasta el baño, la ducha,
el vómito...
No me animé a decirle lo que había pasado entre nosotros. Lo tomé como
una noche de borrachera que quedará en el olvido.
Ahora no sé que es lo que me pasa, tengo ganas de repetirlo. Me gustó
mucho. Mariano estuvo raro durante toda la semana, estudiamos, salimos y nos
divertimos como siempre... pero a veces lo encuentro mirándome de una forma
extraña que no logro, o me da miedo identificar. Lo siento como más amigo, no
sé, como si fuera mi hermano. Tengo sensaciones que nunca antes había sentido
por otro hombre. El más mínimo roce de nuestros cuerpos me hace temblar...
Hoy es sábado. Decidimos no salir a la noche, porque tenemos mucho para
estudiar... Los amigos nos lo reprocharon bastante "No va a ser lo mismo
sin ustedes" nos dijeron... Pero nuestro estudio es mucho más importante
que cualquier salida... Por las dudas ya compré varias botellas de cerveza...
por si con el calor nos da mucha sed...
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